Queridos amigos,
Todos los años, desde el comienzo de la misión de Casa Ricci en China, el Padre Ruiz acostumbraba mandar un calendario navideño a cada uno de nuestros benefactores. Ésta era su forma de hacerles saber no sólo cuán importantes son ustedes para nosotros, sino también para recordarles que somos compañeros que compartimos una misma misión. En los últimos dos años, nuestros calendarios han sido hechos a mano por los pacientes de VIH del "Loving Care Center" de Hongjiang, en la provincia de Hunan. Cada año, ellos tallan en los calendarios un carácter chino para compartir con ustedes diferentes aspectos del espiritú y la misión de Casa Ricci. Dos años anterior utilizaron la palabra "Amor" para recordar al P. Ruiz, y el año pasado la palabra "Fe". Y para el año 2014, escogimos la palabra "Esperanza". En verdad, son el Amor, la Fe y la Esperanza, los ideales que nos inspiran día a día a ser quienes somos y las tres fuerzas que nos impulsan a hacer lo que hacemos.
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| "Fe" |
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| "Amor" |
El Carácter chino para la palabra "esperanza" es 望, que tambien significa "ver". En los registros mas antiguos, el carácter muestra a una persona que, con los pies sobre la tierra, está mirando hacia la luna, el símbolo de un "momento propicio" que está por llegar. Sin despegar los pies de su propia realidad, esta persona "ve" algo prometedor. El carácter nos ayuda a entender que sólo podemos compartir esperanza con alguien, cuándo somos capaces de descubrir junto con él/ella y desde su propia realidad "la posibilidad" de algo nuevo ya presente en su propia vida.
Una novedad que su dolorosa realidad muchas veces no le permite descubrir. Este año, los calendarios de la "esperanza" hechos por nuestros pacientes de Hongjiang "dan la impresión" de estar sin terminar. De la misma manera, la esperanza nos muestra una posibilidad ya presente en nuestras vidas, aunque en espera de ser descubierta por nosotros para así hacerse realidad.
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| "Esperanza" |
Hay muchas maneras de expresar la misión de CRSS. La más simple de ellas es decir que nuestra misión es llevar esperanza a personas y grupos que se encuentran en situaciones profundamente desesperanzadoras, tanto en su vida personal, social o cumunitaria. Este sentimiento de desesperanza e impotencia es muchas veces el resultado de la fuerte discriminación social a la que están sometidos. Como la persona del carácter 望 que con los pies sobre la tierra miraba hacia la luna, cuándo el Padre Ruiz comenzó a formar comunidades entre personas afectadas por lepra y VIH, él fue capaz de ver la posibilidad de algo distinto en medio de sus duras realidades.
Vio la posibilidad de crear comunidades habitables, en donde la realidad parecía mostrar únicamente situaciones de gran desesperanza, pobreza, hambre, dolor, indiferencia y muerte. Él vio la posibilidad de trabajar mano a mano con el gobierno local para ir cambiando poco a poco situaciones que parecían no tener esperanza alguna. Pero el P. Ruiz sabía que la "esperanza" sólo se transmite en comunidad, a través del diálogo y del compartir. Él sabía que sólo podemos darle esperanza a alguien, si estamos dispuestos a permanecer al lado de esta persona haciéndonos parte de su vida. Ésta es la razón por la que quería que la gente de CRSS viviera en comunidad junto con los niños y adultos afectados por VIH y lepra.
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| P. Fernando Azpiroz, S. J. |
Si el "amor" y el servicio han sido la mejor forma de expresarles a estas personas que queremos ser partes de su presente, la "esperanza" es sin duda la mejor forma que tenemos de decirles que también queremos ser parte del futuro. Ésta experiencia del "poder de la esperanza" ha sido repetida cientos de veces a lo largo de la corta historia de Casa Ricci. Compartimos esperanza con los jóvenes y los adultos, dándoles la confianza y la oportunidad de desarrollar sus capacidades, para que puedan ser contribuyentes activos de la sociedad china actual.
Esta es la misma esperanza que llenó los corazones de María y José al ver en este pequeño, frágil y pobre bebé, a Aquél quién traería la Salvación. Alegría y Esperanza a nuestro mundo. Que la esperanza de Belén llene sus corazones en este 2014.
P. Fernando Azpiroz, S.J.
