lunes, 1 de septiembre de 2014

Mi Primera visita a los Leprosos

(Texto escrito por un visitante Jesuita P. Federico Parise S.J)


Parte de mi visita a China, incluyó una visita a dos leprosarios ubicados en la China continental. Uno de ellos se encontraba en la Provincia de Anhui mientras que el otro estaba en la Provincia de Shaanxi. Estos dos centros, pertenecen al gobierno. Fui ahí con el Padre Fernando Azpiroz y un colaborador de Casa Ricci con mucha experiencia en servicios sociales.


Una enermera limpiando las heridas a un leproso en la provincia de Anhui



Nunca antes había visitado un leprosario, por lo que esta fue una experiencia nueva para mí a pesar de que el servir a gente enferma ha sido parte de mi vida como jesuita.

Debo confesar que mi primera sensación fue sentirme enfermo. No tenía miedo de la enfermedad misma, me dijeron que no sería un riesgo para mí, pero el ver esas grandes y abiertas heridas que se rehusaban a sanar incluso después de años de tratamiento, realmente me impresioné. Me pregunté como lo viven?. Espero que el hecho de que estas personas enfermas, tengan trabajos dentro del leprosario, ayudando en la cocina o en los campos, les ayude a mantener cierta dignidad.

El Servicio que nosotros entregamos a estas personas es "solo" este: vivir entre ellos y pasar las mañanas lavando sus heridas y entregándoles sus medicamentos. En algunas ocasiones, grandes instituciones son llevadas por el gobierno Chino. Por "nosotros" me refiero a ambos, Casa Ricci que maneja nuestra presencia ahí, y las Hnas. que activamente trabajan en estos lugares.
 

En la provincia de Shaanxi las monjas comparten sus experiencias
 

Al principio mi espiritu occidental fue muy critico  frente a muchas cosas que necesitaban ser mejoradas: Higiene, reglas por el bien de las personas enfermas, eficiencia, etc. Mientras que existían, de hecho, margenes para las mejoras, comenzé a notar cuando estas pequeñeces e imperfecciones eran de hechos los signos de nuestra presencia en la China. Dentro de una institución gubernamental, no estamos directamente a cargo del manejo o la administración del lugar y supuestamente no debemos predicar el evangelio de forma directa u oral. Sin embargo, anunciamos a Jesús sirviendo a gente muy especial de una forma muy especial también. Por casualidad una de las lecturas de la liturgia de esos días trató sobre la semilla de mostaza.

Espero que mi visita pueda contribuir a alejar algunos prejuicios sobre la Iglesia Catolica, sin mencionar que a pesar de toda relación para hacerse cargo de estos centros, nosotros estamos colaborando con el gobierno chino por el mismo bien, el bienestar de las personas enfermas y marginadas de China.