Texto escrito por Simon Chan, que trabaja en nuestra oficina en Macao.
My nombre es Simon Chan, natural de Hong Kong y soy un técnico de ordenadores semi-retirado que trabaja part-time en la oficina de Casa Ricci en Macao. A pesar de ser joven en el corazón, la mayoría de las personas pensaría que tengo unos cuarenta años de edad, pero en realidad ya pasé los cincuenta. Soy padre de dos hijos, y el mayor ya terminó su licenciatura e está estudiando para un máster. Mi esposa y yo somos voluntarios en la Comisión Católica de Preparación para el Matrimonio, donde organizamos cursos de preparación para personas que van a casar-se en la Iglesia. También nos alegramos mucho de practicar y enseñar el método natural de planeamiento familiar en varias parroquias.
El encuentro con los jesuitas aconteció primero cuando estudiaba en la escuela secundaria de Wah Yan en Hong Kong. Los corajosos y audaces hechos de los padres jesuitas me hicieron entrar en la Iglesia Católica y a empezar una larga relación de amistad con los jesuitas.
La primera vez que oí hablar del Padre Ruiz fue en 2006, durante un viaje a la isla de Shuang Chuen, lugar al sur de la provincia de Cantón donde murió San Francisco Xavier. San Francisco murió en esa isla con el deseo de ir-se a China continental para anunciar la Buena Noticia del Evangelio. La comunidad de Wan Yan en Hong Kong ayudó a reparar la capilla (también conocida como cementerio) y se deparó con que el Padre. Ruiz se nos había adelantado y ya estaba en trabajos para renovar la capilla.
El Padre. Fernando Azpiroz lo conocí en un grupo del “movimiento de familias” cuando el estaba haciendo trabajo social en Hong Kong. Varios años después, desde el momento en que oí hablar del centro “Love and Care” que el Padre Ruiz empezó en China, me enamoré de su misión. Es un verdadero milagro como el Padre Ruiz, a los 73 años de edad, sin dinero ni ayudantes, pudo empezar el trabajo de cuidado a los leprosos y de todo tipo de personas con dificultades. Compartiendo un interés común por la tecnología de Apple, el Padre Fernando y yo empezamos a planear la modernización de la oficina de Casa Ricci en Macao y también el trabajo de comunicaciones. Con la ayuda de Dios, en 2010 fui capaz de empezar a trabajar part-time en la oficina de Casa Ricci en Macao.
Mi misión aquí tiene dos aspectos principales:
1. Cuidar del soporte informático y tecnológico. Se trata de cosas tan variadas como la instalación y manutención de las impresoras y ordenadores, el cuidar de las cuentas de correo electrónico, el acceso a internet, el diseño y la manutención de bases de datos, el archivo de fotos, etc…
2. Comunicación con los benefactores, amigos y público en general. Además de preparar nuestra Newsletter “Encuentro”, también soy responsable de la creación y manutención de la página web de Casa Ricci, de los folletos de presentación y de la parte de la comunicación con los benefactores.
A través de las nuevas tecnologías, esperamos conseguir pasar a las personas más información sobre nuestro trabajo en China. Conscientes de los límites con respecto a lo que podemos comunicar, tenemos sin embargo la impresión de que las personas pueden apreciar las dificultades y desafíos que nosotros y nuestros colaboradores están enfrentando. En los últimos tiempos recibimos muchos comentarios de apoyo a través de emails y cartas que las personas nos envían y en las cuales muestran conocer ahora mejor nuestro trabajo gracias a la newsletter, la página web y el blog. En realidad, esto es un gran apoyo para nosotros y no anima a seguir trabajando con ánimo. También rezamos para que El Señor recompense a todos los que trabajan directamente en nuestros centros en China, y les dé siempre salud y alegría.
Simon Chan