miércoles, 26 de diciembre de 2012

“Fuente de Alegría” La Historia del Padre Luis Ruiz de Macao ya esta disponible en You tube

 
 


Este documental de 31 minutos aproximadamente es de un sacerdote jesuita español que en toda su vida se ha dedicado a servir a Dios y a todas las personas que lo necesitan.

Su amor desinteresado a permitido a las personas atrapadas en la oscuridad y en la miseria a sentir el calor de Dios, para experimentar la esperanza y beber el agua de la fuente de vida.


Chino Pu Tong Hua:





 
Ingles:




 

Español:





 

Esta película esta dedicada al padre Ruiz y a todos los bienhechores que nos han apoyado.

 

 

lunes, 19 de noviembre de 2012

La visión y la misión de Casa Ricci

(Comparto este articulo que sera publicado en el Calendario misional de Misioneros Extremo Oriente)

En sus últimos años, el P. Ruiz repetía constantemente una frase: soñar, sonreir, amar, servir y esperar en el Señor.

 

Desde el comienzo de su misión, él entendió que la miseria y marginación que veía afectando a los rostros y vidas de las personas que vivían en las aldeas de leprosos de China no eran el fruto de un problema técnico o económico, sino el fruto de una profunda injusticia. La única solución a este problema era el sacrificio personal y la solidaridad que exige un compromiso personal con las personas que sufren. El sabía que sólo una solidaridad real inspirada en el Amor de Dios puede traer esperanza y alegría allí donde el egoísmo y la discriminación han traído muerte, tristeza y desesperanza.

El sueño de Casa Ricci para China es una sociedad que no discrimina y ofrece igualdad de oportunidades para todos.

El método que usamos es muy sencillo. La fuerza del amor y del servicio, capaz de crear comunidades solidarias entre las personas que son discriminadas, sea por su historia, por su situación física o por su situación social (afectados por lepra, infectados por VIH, trabajadoras sexuales, etc.). Desde el comienzo de Casa Ricci, cientos de religiosas y voluntarios han sido invitadas a dejar la comodidad de sus propias comunidades para ir a vivir junto a estas personas, sirviéndolas y aprendiendo de ellas. Nuestro servicio del amor busca formar comunidades solidarias en las cuales las personas aprendemos a derrotar y derribar las barrearas que la discriminación ha causado. Comunidades en las que las heridas físicas, psicológicas y sociales son curadas, en las que la dignidad de la persona es reafirmada. Comunidades en las cuales la comunión entre personas es recreada, y la relación entre esas comunidades y su medio ambiente también es restaurada.
 
La misión de Casa Ricci es crear, animar y apoyar estas comunidades solidarias. Trabajando con nuestros colaboradores, compañeros de misión y con el mismo gobierno, queremos restaurar la harmonía social y la justicia en aquellos lugares en los que la discriminación la ha destruido o limitado.

Las comunidades que Casa Ricci pretende crear son lugares de encuentro en los que ya nadie necesita preguntar o preguntarse quién es enfermo de lepra o de SIDA, sano o enfermo, huérfano o pobre, trabajadora sexual o adicto. En las comunidades de Casa Ricci, todos son personas que respetadas por su dignidad y necesitadas del uno y del otro para aprender no sólo a dar, sino también a recibir.

                                                                               Casa Ricci Servicios Sociales

viernes, 26 de octubre de 2012

Casa Ricci: Una historia de servicio a los pobres y marginados de China

(Comparto este articulo que tambien a de ser publicado en el Calendario Misional "Misioneros Extremo Oriente")


La tradición jesuítica de servir a las personas afectadas y marginadas en China ya comienza a los pocos años de la llegada de los Jesuitas a Macau. En 1569, Melchior Carneiro SJ -primer obispo de Macau- funda “La Santa Casa de Misericordia” con la misión de atender a las necesidades de las personas pobres y enfermas de la comunidad. A los pocos años, la Santa Casa de la Misericordia abre las puertas del primer hospital de medicina occidental de Asia, dedicado fundamentalmente al cuidado y tratamiento de personas infectadas y afectadas por lepra.

Esta larga tradición se continuaría y profundizaría a comienzos de los años 50. Fue entonces cuando a los pocos días de llegado de China, el P. Ruiz y la comunidad de jesuitas que vivían en “Casa Ricci”, deciden abrir las puertas de su casa en Macau para acoger y alimentar a miles de refugiados quienes como ellos, llegaban desde China apenas con lo puesto. Su primer objetivo fue dar ayuda inmediata, pero también proveer educación a los niños de esas familias de refugiados. Con la fundación de escuelas, hogares de ancianos, servicios de apoyo a la familia y a personas discapacitadas, lo que comenzara como Casa Ricci Social Servicios Sociales se transformará en los años 70 en Caritas Macau, la institución de servicios sociales mas importante de Macau hasta la fecha.

Una nueva y fundamental etapa de la historia de Casa Ricci daría comienzo a fines de los años 80, cuando el P. Ruiz tiene sus primeros contactos con pacientes afectados por lepra en la provincia de Guangdong. Es allí cuando el P. Ruiz decide dejar Caritas y dedicarse exclusivamente al servicio de las miles las personas y comunidades afectadas por lepra en China continental. Con la ayuda de benefactores y cientos de religiosas, en menos de diez años el trabajo de Casa Ricci se extendería a diez provincias en China y mas de 100 centros de atención a personas afectadas por lepra. Ya entrado el siglo XXI, Casa Ricci también comenzaría su servicio a las personas y comunidades afectadas por VIH-SIDA. A fines de la primera década, el trabajo se extendería al servicio de mujeres en riesgo (trabajadores sexuales) y a proyectos educativos y de desarrollo comunitaria en zonas rurales marginales de China.

Siguiendo el mismo proceso que en Macau, el 19 de Mayo del 2010 el P. Ruiz funda “Ricci Social Services Foundation”, la institución de la Compañía de Jesús que hoy tiene la misión de continuar la obra que él comenzara en China. En la actualidad, Casa Ricci desarrolla alrededor de 40 programas distribuidos en mas de diez provincias de China. A la asistencia de mas de 2500 pacientes afectados por lepra, se añaden cinco hogares para adultos y niños infectados por VIH, el servicio a mas de 2300 personas infectadas o en riesgo de contraer la enfermedad, el apoyo a mas de 1000 estudiantes provenientes de familias pobres o marginadas, y el trabajo de educar y promover el desarrollo de cooperativas de crédito en diez aldeas ubicadas en zonas marginales de China. Una misión que es el producto del esfuerzo conjunto de mas de 2000 benefactores distribuidos por todo el mundo y de mas de 100 colaboradores, incluyendo mas de 80 religiosas, voluntarios, y staff.


                                                                                       P. Fernando Azpiroz, S. J.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Disolucion de la Sociedad Aids Care China (ACC)

(Anuncio del Director P. Fernando Azpiroz sobre la disolucion de los tres centros de Casas de niños afectados e infectados con Sida con la Sociedad Aids Care China (ACC)


 En la última semana de agosto de 2012, nuestra sociedad Aids Care China (ACC) decidiéron terminar su cooperación de una manera actual con Casa Ricci y sin consulta previa procedieron a mover a todos los niños bajo su cuidado legal de los Hogares Infantiles en Guangzhou y Kunming. Como consecuencia de la decisión del ACC, en una reunión celebrada en Guangzhou el 1 de Septiembre 2012, ambas organizaciones acordaron firmar la terminación de nuestra actual forma de cooperación, tal como se describe en el original contrato.

Después de la terminación de nuestra asociación, el ACC asumirá la total responsabilidad de todos los niños que están bajo su cuidado legal, incluidos los que viven en la casa de los niños en Nanning. Con el fin de evitar más conflictos, el ACC se comprometió en adoptar las medidas necesarias para salir de esta casa a tiempo en un mes. Ambas organizaciones son libres de desarrollar y administrar sus propios hogares de los niños de acuerdo con sus propios principios y valores.

Después de más de cinco años de cooperación mutua, esta es una experiencia dolorosa para los niños y las personas que trabajan en estos tres hogares. La comunidad CRSS nunca se arrepentirá de lo que hemos hecho y construido conjuntamente con el ACC durante todos estos años. Sentimos mucho por la forma de esta cooperación haya terminado abruptamente, y por el dolor innecesario que esto causa para los 30 niños que estaban bajo nuestro cuidado mutuo. Esperemos y creemos que el ACC tengan buen cuidado de ellos, dándoles todo el apoyo que necesitan para pasar por esta experiencia dolorosa.

CRSS esta dispuesto y listo para enfrentar el gran desafío de la reconstrucción de estas tres casas VIH Niños (Nanning, Guangzhou y Kunming). Sabemos que Dios nos dará la fuerza y nos guíe para encontrar a los niños que necesitan nuestra ayuda. También contamos con su apoyo para comenzar de nuevo con un renovado espíritu.

 

P. Fernando Azpiroz, S. J.
CRSS – Director


 

jueves, 9 de agosto de 2012

Entrevista para recordar 1er aniversario del fallecimiento del P. Ruiz

(Entrevista al P. Fernando Azpiroz por Cristina Sanchez Aguilar de la Revista "Semanario Alfa y Omega")


¿Qué le atrajo a usted de la labor del P. Luis, para ser ahora quien ha cogido las riendas de su labor?

Mi provincial me envió a Macau a ayudar al P. Ruiz unos días después de mi ordenación, en el año 2005. Aquel año el P. Ruiz estuvo muy enfermo, casi a punto de morirse. Sin nadie que lo sucediera, el provincial temía que toda la importante obra que el P. Ruiz estaba haciendo por los más pobres y marginados de  China corría peligro. En lo personal, creo que lo que más me atrajo del P. Ruiz desde un comienzo fue la fuerza de su sencillez. Esa sencillez que sabe que el Señor construye grandes cosas a través de los pequeños pasos que damos cada día siguiendo sus inspiraciones.  El P. Ruiz sabía que estando cerca de los más pobres, él nunca iba a estar lejos de Dios. Por eso su pasión por servirlos y acompañarlos. Así cómo las estrellas o la brújula orientan a los navegantes, los pobres y marginadas lo orientaban hacia Dios y le daban sentido a su vida. Más que la dimensión de su obra, me atrajo su estilo, su persona, su manera de entregarse al Señor a través de su entrega a los demás

Qué ha supuesto el P. Luis en China?

Si bien el P. Ruiz empezó su obra en Macau cuando tenía 37 años, la obra del P. Ruiz en China empieza fundamentalmente cuándo él ya tiene 80 años. Creo que el gobierno de China se ha maravillado que un hombre de su edad se preocupara e invirtiera tanto esfuerzo y dinero en personas que para la sociedad no contaban y casi no existían, Las personas afectadas por lepra no eran una prioridad y el P. Ruiz las transformó en su prioridad. Al llevar electricidad, construir caminos, preocuparse por su alimentación, enviar religiosas para curar sus heridas, darle educación a los más jóvenes, etc, miles de pacientes afectados por lepra recuperaron su dignidad de personas. La obra del P. Ruiz permitió que estás personas superaran su aislamiento, derribando el muro que la discriminación había construido. Ellos no sólo pudieron acercarse a la sociedad, sino que la sociedad se atrevió también a acercase a ellos. En cierta forma, él comenzó un movimiento que hoy permite que muchas personas y grupos, incluidas personas del gobierno,  puedan hoy acercarse a las personas afectadas por lepra.

Ahora que se cumple un año de su fallecimiento... ¿cómo han vivido allí su ausencia?

Quizás, yo formularía la pregunta de otra manera. Más que la experiencia de su ausencia, lo que vivo hoy es la experiencia de su presencia. Una presencia mucho más fuerte, profunda y abarcadora que la que yo experimentaba antes de su fallecimiento. Creo que comprendo mucho mejor al P. Ruiz y a su obra ahora, que cuando él vivía conmigo en Macau. Siento la fuerza de su sonrisa y de su compañía, su presencia inspiradora en muchas personas que hoy nos acompañan y apoyan la obra de Casa Ricci en China. Es cierto que siento una mayor responsibilidad, la tensión del querer ser fiel a su carisma, el no perder a ninguno de los muchos amigos y colaboradores que él tenía. Pero, al mismo tiempo, creo que todo ha sido mucho más sencillo de lo que yo me hubiera imaginado. Sin duda, él trabajo que el P. Ruiz está haciendo desde el Cielo tiene mucho que ver con todo esto. 

Tres palabras para definir al Padre Luis.... Y por qué ha elegido cada una.

Sonreir, amar y servir, y esperar en el Señor. Estas eran palabras que él solía repetir durante sus últimos años de vida. Creo que lo definen muy bien. Definen su espiritualidad y su manera de entender la vida. La sonrisa del P. Ruiz nacía de esa sabiduría divina que nos ayuda a diferenciar lo importante de lo que no es importante. Es la sonrisa que nacía de su fé absoluta en Dios y en su presencia en todos los acontecimientos, que nunca son malos o buenos, sino que simplemente son. El amar y servir definían el sentido de su vida. Ruiz era un hombre de acción, de hechos concretos. Y para él lo más concreto era el servicio del amor. Esperar en el Señor definian su no tener miedo a soñar, a empezar cosas nuevas, a saber que no es uno el que toma la iniciativa, sino el Señor. El Señor que siempre va adelante, el Señor que acompaña y nunca deja que falte nada de lo necesario para realizar su obra.

¿Qué le sostiene a usted cada día, cuál es su fortaleza?
SIn duda es la oración y la fuerza que me da la colaboración. No soy todo lo fuerte que yo quisiera, por lo que no me queda otra que recurrir permanentemente al Señor,  y depender de la paciencia y del apoyo de nuestros colaboradores y amigos para llevar adelante obras y desafíos que superan completamente mis fuerzas.

¿Qué nos recalcaría de él, como modelo de aprendizaje aquí en Occidente?

Creo que en occidente nos sentimos seguros cuándo podemos controlar. Cuándo podemos controlar situaciones, controlar la información. Cuando tenemos instrumentos y recursos que nos aseguran que vamos a lograr lo que queremos. En occidente le tenemos miedo a nuestros propios límites. Tratamos de pensar y actuar negándolos, pensando que todo lo podemos, o que todo lo tendríamos que poder. El P. Ruiz era una persona muy consciente de sus límites. ÉL era muy consciente de que él podía controlar muy poco, o casi nada. Sin ir más lejos, su Mandarín o Cantonés eran muy pobres, por lo que muy pocas personas entendían lo que èl quería decir. Cuando él comienza su misión en China, él ya era una persona muy limitada físicamente. Necesitaba que lo llevaran de un lado al otro como a un niño o una niña. Necesitaba de personas que le organizaran cosas, que tradujeran o expresaran lo que él no podía expresar. Él nunca se reveló contra sus límites. Todo lo contrario, los vivía como su fuerza, casi como una bendición. El sabía que Dios trabajaba mucho mas libremente y claramente a través de sus límites. En esto hay mucho de sabiduría China, pero también de la sabiduría que Dios le enseñó durante los años, a través de incontables experiencias, muchas de ellas muy dolorosas. 

No mas, para que me las pueda responder.
Un Abrazo y gracias por todo.

Cristina Sanchez Aguilar
Semanario Alfa y Omega









 

jueves, 26 de julio de 2012

1er. Aniversario de la muerte de nuestro querido fundador P. Luis Ruiz. S. J.


Casa Ricci Servicios Sociales celebró el 1er aniversario de la muerte de nuestro querido fundador el P. Luis Ruiz, hoy en una distribución interna en una misa de acción de gracias. El P. Howard Lui, director de la comunidad Jesuita en Macao, presidió la misa con una oración especial.

El  P. Fernando Azpiroz sucesor del P. Ruiz, compartió en la Homilía que el Padre Ruiz tiene una fe muy grande y profunda como el grano de mostaza que germina y da frutos, un hombre sencillo y humilde que coopera en beneficio de los pobres.

“El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente mas pequeño que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, se hace un árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y se anidan en sus ramas” (Mateo 13: 31-35)

La mayoría de nosotros estamos de acuerdo que perseguir la perseverancia y la fe es la clave del éxito, y del P. Ruiz.

 

 Casa Ricci Servicios Sociales.

martes, 10 de julio de 2012

“El sol siempre estará aquí después de la tormenta”. Y juntos… ya podemos descubrir el arco iris”

(Escrito por Mónica, religiosa que trabajó en una de nuestras casas para niños infectados por VIH)


“La felicidad y la tristeza que están en nuestra vida, lo comparto contigo… no importa, que la lluvia y el viento estén aquí…”. Cada vez que escucho esta canción, mi corazón volverá donde ese grupo de fuertes y hermosos niños. Aquel grupo de niños forzados a estar al borde de la sociedad. Niños rechazados y abandonados, por ser discriminados y olvidados por sus familias y la sociedad.
Por voluntad de Dios, conocí a estos niños a través de “Casa Ricci”. Ellos cambiaron mi vida desde ese entonces.  Estos niños no podían regresar a sus casas. Algunos incluso no tenían hogar. Ellos no tienen familias que se preocupara por ellos. Cada vez que veía la tristeza en sus ojos, esperando en vano la visita de sus familias, cada vez que los escuchaba llorando desde sus corazones rotos por haber sido rechazados y abandonados, cada vez que veo sus inocentes miradas esperando ser aceptados… me conmuevo en lo más profundo.
Muchas veces me he preguntado “por qué?”. Pronto entendí que lo importante no es responder a este “por qué”. Lo que es importante es lo que yo puedo hacer, pensaba. Por eso me decidí a dar lo mejor de mí, cuidándolos y ayudándolos. Pero pronto me di cuenta que lo que estaba haciendo, podía sólo ser una expresión de mi egoísmo. Me uní entonces a sus actividades… estudiábamos, jugábamos, trabajábamos y compartíamos juntos. Entré en sus mundos para leer y sentir dentro de sus corazones y entendí lo que ellos realmente necesitaban. Luego de algún tiempo, ellos pasaron a ser parte de mi vida.
La vida en si misma es un proceso de compartir y apoyarse. Recién ahora lo entiendo. Estos niños comparten mis esfuerzos y soportan mis insuficiencias. Yo comparto su fuerza de voluntad y soporto sus desesperanzas. Ciertamente, no puedo cambiar sus pasados, pero lo que sí puedo hacer es aceptar la invitación de caminar con ellos a través de cada duda, de cada dificultad en sus vidas. Cuando ellos saben que no están solos, cuando saben que hay alguien que los ama a pesar de sus familiares quienes no los recuerdan más, ellos mostrarán su felicidad y cariño por la vida más allá de sus vivencias diarias. La felicidad de estos niños, es mi felicidad.
De todas las criaturas que Dios crió, los seres humanos somos los únicos que saben percibir. El ser humano posee fuerza de voluntad, es emocional y espiritual. No importa la edad, sólo el amor puede curar, renovar y liberar. Cuál es el amor verdadero? No lo sé exactamente. Yo sólamente sé que cuando yo estaba triste, un niño venía y me decía: “Tía, ¿estás triste?  Por favor, escucha música como lo hago yo cuando estoy triste”. Estas palabras me conmueven profundamente.
Cuando ellos me cuentan que están tristes en su inocente lenguaje que no puede expresarlos completamente, yo los abrazo fuertemente. Cuando a veces sus  “travesuras” desafían mi capacidad de amar y perdonar, a mí sólo me queda mirar al Señor y apoyarme sólo en su misericordia.  
“El sol siempre estará aquí después de la tormenta”, y juntos ya podemos mirar el arco iris.  Porque siempre hay soluciones para los problemas en este mundo. La vida esta llena de esperanza. El “amor verdadero” es la llave para abrir el candado de la discriminación de los seres humanos hacia los portadores de enfermos de SIDA.  No importa de qué maneras ayudemos, si partimos de este “amor verdadero” lograremos ser felices y hacer felices a los demás, alcanzaremos para ellos y nosotros la vida libre y eterna.

Entrar en este website para escuchar la canción:
 http://www.youtube.com/watch?v=iONgnaq0QP8&feature=share



viernes, 15 de junio de 2012

La Historia de Jia-Fen

(Escrito por las Hermanas Argentinas)

Cada persona tiene una historia propia. Historia, no significa un cuento, algo inventado, es algo que verdaderamente sucedió. Por convivir ya algunos años con ellos sabemos que también nuestros pacientes tienen muchas historias que contar, hechas de penas y alegrías, de sueños y fracasos. Esta será una historia a la que faltarán muchos detalles, pero, quiera Dios, que no por eso le falte ese sabor tan especial que nosotras le encontramos: sabor de generosidad, de entrega y de fidelidad.



Es la historia de los esposos Huang Cong Li黄从礼y Zhu Jia Fen 朱佳芬. LaoHuang, así lo llamamos todos aquí, desposó a Jia Fen cuando ninguno de los dos tenía 20 años. Ellos no lo dicen, pero podemos suponer cuántos proyectos tendrían entonces. ¡Cuántos sueños tienen los recién casados!...pero en este caso duraron muy poco, se disiparon, como esas nubes que desdibuja el viento. En Huang Cong Li se hicieron presentes los primeros síntomas de la lepra. En aquellos tiempos el bacilo de Hansen era visto como un mal terrible, como una maldición (visión que para muchos no ha cambiado todavía).

Al decir que a LaoHuang le diagnosticaron lepra, se podría afirmar que allí terminaría su historia. Hubiera sido así en el caso que él no tuviera a Jiafen a su lado. La joven esposa se vio muy pronto rodeada de niños y tareas que cumplir. Ambos habrán labrado la tierra codo a codo. Eran aquellos, tiempos muy duros, de muchos sacrificios. Y aunque, sin duda habrán trabajado a la par para sacar la familia adelante, nuevas dificultades vendrán a visitarlos: a consecuencia de la enfermedad padecida los miembros extremos como los dedos de las manos van perdiéndose.


Ella, con más de 40 años, forjada en la fragua de las dificultades, se ha ido haciendo cada vez más fuerte, en el sentido más grande de esta palabra y dará a luz a su sexto hijo, una niña que será la benjamín de la Familia. 

Aún otras secuelas de la lepra están ya golpeando a la puerta: LaoHuang pierde también la vista. Jiafen no se desmorona, lleva adelante una familia en la que cinco hijos pueden ir a la escuela, atiende los quehaceres del campo y del hogar y siempre se la ve animosa acompañando a su esposo.

Ambos ya tienen más de 80 años. Han envejecido juntos. Esto para nosotras que los vemos todos los días constituye un hermoso ejemplo de vida: a pesar de los 60 años pasados los dos siempre se muestran mucho cariño y respeto.

En lo que acabamos de contarles no hay nada que pueda parecer sorprendente, extraordinario pero mucho que valorar y algo que aprender. Jiafen es una mujer sana, que ha permanecido al lado de su esposo, superando con él todas las adversidades e injusticias, todos los problemas que la enfermedad les ha acarreado. El ejemplo de su vida se levanta delante de nosotros para hablarnos, no solo de fortaleza, sino también de lealtad a la misión que se te ha confiado.

Juan Pablo II que conoció profundamente la riqueza del ser humano nos dejó un hermoso testimonio de su pensamiento acerca de la misión tan especial de la mujer en el mundo:  “La fuerza moral de la mujer, su fuerza espiritual, se une a la conciencia de que Dios le confía de un modo especial el hombre, es decir, el ser humano...es fuerte por el hecho de que Dios "le confía el hombre", siempre y en cualquier caso, incluso en las condiciones de discriminación social en la que pueda encontrarse. De este modo, la "mujer perfecta" (cf. Prov. 31, 10) se convierte en un apoyo insustituible y en una fuente de fuerza espiritual para los demás, que perciben la gran energía de su espíritu. A estas "mujeres perfectas" deben mucho sus familias y, a veces, también las Naciones. El momento presente espera la manifestación de aquel "genio" de la mujer, que asegure en toda circunstancia la sensibilidad por el hombre, por el hecho de que es ser humano...(cf. Mulieris dignitatem)”

Y a esto no queremos agregar nada...



                                                                                    Hermanas María de Caná












lunes, 23 de abril de 2012

Año Nuevo en nuestro Centro (Mingguang)

Queremos contarles como hemos cebrado la llegada del Año Nuevo y compartir de alguna manera el gozo, el entusiasmo que nos trajo. Como saben en nuestro Centro tratamos de pasar lo más festivamente posible las más importantes fechas del calendario chino como son la Fiesta de mediados de otoño o festival de la cosecha y la Fiesta de la Primavera o Año Nuevo lunar. También la Fiesta de los Barcos del Dragón. Fiesta es “alegría”... y no hay alegría sino preparamos algún plato especial para la ocasión, así que la comida es lo primero. En segundo lugar, pasar con nuestros pacientes una tardecita diferente, un momento de recreo, de diversión. Esto requiere necesariamente considerar que podemos hacer esta vez, que sea distinto, ameno, que los entretenga. La creatividad nunca falla a la cita y siempre nos trae alguna pequeña novedad.


Todos también saben que las religiosas que atendemos a los pacientes de este centro no somos chinas. Este hecho es para nosotras un gran desafío pues cualquier actividad que preparemos para nuestros pacientes requiere mayor estudio de la cultura china, de las costumbres y tradiciones de este pueblo, tradiciones que tal vez al principio nos resultaban tan extrañas y ahora van formando parte de nuestra vida.

En fin, el hecho fue que vinimos a saber que algo tradicional de estos festejos es la danza del dragón...y del león. Alguna de nosotras conocía algo de esta danza por haberla visto en algún lugar. Este dato vino a unirse al hecho de que el 2012 es año del dragón. ¡Por lo tanto ni el dragón ni el león  podían faltar a nuestra fiesta! ¿Imaginan ustedes un argentino haciendo una cabeza de dragón? O ¿tratando de hacer un feroz león capaz de danzar?


Como sea, allí estaban los dos, bailando en una fría tarde en nuestra Villa, anunciando con su danza que se acercaban los días de la primavera, de gozar del sol...y sobre todo un año de nuevas expectativas e ilusiones. No faltaron tampoco los tradicionales cantos para la ocasión, todo salpicado de juegos con globos y un pequeño regalito para cada uno.

Los esfuerzos tuvieron su premio en las sonrisas que acompañaban a nuestros pacientes cuando volvían a sus habitaciones. Sí...este es para nosotras el mejor premio, el fruto más anhelado de nuestro servicio entre ellos: verlos sonreír.

Desde aquí rogamos para que todos tengan verdaderamente un 2012 pleno de nuevos y hermosos proyectos.

                                                                                                                                   Hnas de Mingguang

martes, 7 de febrero de 2012

Reflexiones de Navidad en el Leprosario de Bailu

 La Navidad pasada decidí ir junto al personal de Servicio Social de Casa Ricci (P. Howard Lui S. J) parte del personal, Teresa Chou, y el chofer “Siu Kwan” a Huizhou, Guangdong, para visitar a las personas en rehabilitación en el Leprosario de Bailu.






Esta es una de las comunidades que mas le preocupaban al P. Luis Ruiz. Al mismo tiempo, fue la primera vez que me involucre personalmente luego que conocí los servicios del Padre Ruiz en sus últimos años. Las personas afectadas por la Lepra, son una comunidad que nunca había visto anteriormente y realice esta oportunidad para entenderlos. La fecha de la visita fue el 24 al 25 de Diciembre. Las actividades incluyeron celebración de misa, compartir la cena y realizar algunos juegos.

En la reunión de preparación, llegamos a un acuerdo rápidamente sobre la implementación de las actividades planeadas. Cuando hablamos sobre los gastos de la actividad, no nos preocupamos mucho, ya que podíamos ajustarlos de acuerdo a los fondos disponibles, y que no afectara nuestra decisión de la visita. Por supuesto que estamos agradecidos de todos aquellos que han hecho las donaciones, ya que rápidamente pudimos recaudar el dinero suficiente en un corto tiempo, para que de esta manera pudiéramos realizar una gran cantidad de actividades a estas personas en reahabilitación. Estas incluyen una deliciosa cena al estilo navideño chino, un regalo de navidad, un sobre rojo para cada uno, como también realizar juegos y sentir la alegría de la suerte del sorteo.

Desde el inicio del viaje, nuestro personal siguio recibiendo consultas sobre las condiciones del trafico y clima mediante texto por MSM por parte de las hermanas del Leprosario, y esperando nuestra visita. Me entere mas tarde que nuestra visita al Leprosario era la primera desde su creación, que veníamos en Nochebuena a celebrar Navidad con las personas en rehabilitacion. Ellos sentían este gran evento religioso y estaban muy emocionados por la especial venida del sacerdote que celebraría la Misa para ellos.

Ademas de la Leproseria de Bailu, había otro grupo de personas de rehabilitación que vivían a 60 kilómetros de distancia, como también mas de una docena de aldeanos católicos que habían ido especialmente para participar de la Misa de Nochebuena.

La atmosfera de la cena de Navidad con las personas de rehabilitación fue buena. Ellos realmente parecieron disfrutar la comida y ser bien alimentados, guardando lo sobrante en sus habitaciones, para que no hubiera ningún desperdicio. Supimos que ellos usualmente preparaban sus comidas, teniendo pocas oportunidades de sentarse a la mesa para comer juntos.

Aunque detrás de cada una de las personas en rehabilitación hay una historia diferente, pero no están satisfecho con la cara seria de su vida. Desde una simple conversación a jugar con ellos, se les veía activos y sensibles. Les presentamos el grupo de juegos tradicionales de Macao, “Bingo” y jugamos con ellos. Debido a la falta de sus miembros, no podían jugar con la velocidad usual, pero el nivel de emoción creada por su activa participación, fue el mismo o incluso mayor. ¡Estábamos muy contentos que les haya gustado este juego!

Entre las personas que se encontraban en rehabilitación, las que más llamaron nuestra atención son dos hermanas, la mas joven tenía menos de 20 años de edad, y la mayor mas de 20 años. Los desafíos que ambas enfrentaron, de hecho era verdaderos y muchos: habían experimentado pobreza y su madre y padre habían fallecido a una temprana edad; se les diagnosticó lepra cuando llevaban poco tiempo siendo huérfanas y no pudieron continuar sus estudios, siendo enviadas al Leprosario de Bailu para el tratamiento. A pesar de su condición estaba bajo control, luego de un período de tiempo, sus apariencias se habían visto visiblemente afectadas.

¿Tendrán ellas la confianza de regresar a su comunidad y vivir de forma independiente o tendrán que quedarse por el resto de sus vidas en el Leprosario? Esta es mi mayor preocupación. Espero que el personal del Servicio Social de Casa Ricci ayude a estas dos hermanas a sobreponerse a estas pruebas, y espero que puedan tener una gran vida en el futuro, luego de experimentar estos desafíos.

La participación de este evento, puedo sentir el dicho del Padre Ruiz: “No hay nada mas feliz, que hacer feliz a las personas”

Gracias a ustedes, les deseo una vida feliz y con buena salud!
Francisa Vong
Amigos de C.