Queremos
contarles como hemos cebrado la llegada del Año Nuevo y compartir de alguna
manera el gozo, el entusiasmo que nos trajo. Como saben en nuestro Centro
tratamos de pasar lo más festivamente posible las más importantes fechas del
calendario chino como son la Fiesta de mediados de otoño o festival de la
cosecha y la Fiesta de la Primavera o Año Nuevo lunar. También la Fiesta de los
Barcos del Dragón. Fiesta es “alegría”... y no hay alegría sino preparamos
algún plato especial para la ocasión, así que la comida es lo primero. En
segundo lugar, pasar con nuestros pacientes una tardecita diferente, un momento
de recreo, de diversión. Esto requiere necesariamente considerar que podemos
hacer esta vez, que sea distinto, ameno, que los entretenga. La creatividad
nunca falla a la cita y siempre nos trae alguna pequeña novedad.

Todos
también saben que las religiosas que atendemos a los pacientes de este centro
no somos chinas. Este hecho es para nosotras un gran desafío pues cualquier
actividad que preparemos para nuestros pacientes requiere mayor estudio de la
cultura china, de las costumbres y tradiciones de este pueblo, tradiciones que
tal vez al principio nos resultaban tan extrañas y ahora van formando parte de
nuestra vida.
En fin, el
hecho fue que vinimos a saber que algo tradicional de estos festejos es la
danza del dragón...y del león. Alguna de nosotras conocía algo de esta danza
por haberla visto en algún lugar. Este dato vino a unirse al hecho de que el
2012 es año del dragón. ¡Por lo tanto ni el dragón ni el león podían faltar a nuestra fiesta! ¿Imaginan
ustedes un argentino haciendo una cabeza de dragón? O ¿tratando de hacer un
feroz león capaz de danzar?
Como sea,
allí estaban los dos, bailando en una fría tarde en nuestra Villa, anunciando
con su danza que se acercaban los días de la primavera, de gozar del sol...y
sobre todo un año de nuevas expectativas e ilusiones. No faltaron
tampoco los tradicionales cantos para la ocasión, todo salpicado de juegos con globos
y un pequeño regalito para cada uno.
Los
esfuerzos tuvieron su premio en las sonrisas que acompañaban a nuestros
pacientes cuando volvían a sus habitaciones. Sí...este es para nosotras el
mejor premio, el fruto más anhelado de nuestro servicio entre ellos: verlos
sonreír.
Desde aquí
rogamos para que todos tengan verdaderamente un 2012 pleno de nuevos y hermosos
proyectos.
Hnas de Mingguang
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