jueves, 10 de febrero de 2011

La invitación

Escrito por Cecilia, responsable en Casa Ricci de los programas de rehabilitación de gente afectada o infectada por VIH.

A mediados de Mayo, el Padre Fernando y yo nos fuimos en un viaje de 4 semanas al continente chino. Por más de un año habíamos estado buscando una oportunidad de servir a más personas afectadas por el sida. Ya habíamos rechazado una propuesta cuando descubrimos que estaban más interesados en los aspectos financieros que en el servicio concreto a las personas.

En el tercer lugar al que fuimos, visitamos una organización relacionada con el Sida y que es dirigida por un hombre llamado Edward. Lo que encontramos ahí superó mucho nuestras expectativas. Edward nos presentó de un modo general la acción de su organización, que ofrece abrigo a personas portadoras de Sida y también consejo a sus familias. Una de sus mejores prácticas es contratar a personas portadoras de VIH para que trabajen en el servicio de apoyo (consejo a los pacientes) en el hospital. Le hablamos también de nuestros proyectos de rehabilitación de pacientes de lepra, proyectos de apoyo social, becas de estudio, y trabajo con personas que sufren de Sida. Edward lamento las grandes carencias y necesidades de su organización. Después de alguna discusión, empezamos a considerar posibilidades de colaboración.

Por la tarde visitamos a uno de sus abrigos para pacientes de Sida. Edward nos dijo que en el pasado un hospital trajo a un huérfano porque nadie quería quedarse con él, ni siquiera sus abuelos! Su centro solo sirve a pacientes adultos y no tiene condiciones para acoger a crianzas. Pero Edward no pudo, en consciencia, rechazar al niño porque realmente no tenía ningún otro lugar donde quedarse. Y así el niño se quedó. Una cosa lleva a la otra, al final de dos meses ya tenían 5 crianzas portadoras de VIH. Esto hizo que las condiciones de vida de ese lugar se tornaron mucho peores, y además el lugar está ya lleno. Edward necesita desesperadamente conseguir dinero, porque lo que tiene no es suficiente para tener un otro lugar para las crianzas.

Le hablamos acerca de nuestro plan para un nuevo Hogar para niños con Sida. Cuando le decimos esto, el nos preguntó: “Seria posible tener una Hermana para cuidar a los niños?” En ese momento mi corazón empezó a cantar de alegría, incluso si mis oídos aún no podían creer lo que acababan de oír. “Qué dices!?”, contesté. El repitió que precisen de alguien que pueda cuidar bien a los niños. Yo le dije llena de alegría que nos gustaría mucho enviarle no una sino dos hermanas! Cuanto menos lo esperamos El abre puertas delante de nosotros!

Un mes después, localicé a cinco congregaciones religiosas y hable con las superioras locales para presentarles nuestro proyecto de huérfanos portadores de VIH y la idea de invitar a hermanas para vivir con los niños. Sorprendentemente todas expresaron el deseo de trabajar con nosotros, y me preguntaron cuales son las cualificaciones necesarias a una hermana que quiera trabajar con estas crianzas. Esta fue la respuesta que les envié:

No pedimos que la hermana tenga muchos conocimientos del trabajo con el Sida,
Pero nos gustaría que fuera una persona paciente y capaz de compasión,
No exigimos que tenga experiencia médica,
Pero nos gustaría que fuera una persona responsable.
No es indispensable que tenga grandes talentos administrativos,
Pero nos gustaría que fuera capaz de vivir su fe con alegría.

Durante el tiempo de servicio, las hermana aprenderán con los niños, y nosotros les daremos oportunidades de entrenamiento. Creemos que las capacidades técnicas lo pueden aprender, pero la buena motivación para servir tiene que estar presente desde el início.
Si El quiere plantar una semilla, entonces esa semilla crecerá e dará fruto. Creemos que podemos dar un amor de familia a estas crianzas, y ayudarlas a encontrar el afecto perdido, a reconstruir su capacidad de confiar, su sentido de la virtud y su deseo de estudiar.

Desde entonces, la música dentro de mi no ha callado, y yo no puedo parar de cantar!
Y ahora, estamos empezando nuestro cuarto hogar para crianzas huérfanas con VIH.

Cecilia

No hay comentarios:

Publicar un comentario