lunes, 23 de mayo de 2011

UN RAYO DE LUZ

Escrito por Lucy, trabajando en las oficinas de Casa Ricci Servicio Social



Mi nombre es Lucy Chang. A través de una persona amiga supe de la existencia de Casa Ricci y del grupo de sacerdotes misioneros jesuitas en Macao. Soy responsable por la correspondencia en español y por mantener el contacto con los amigos bienhechores del P. Ruiz de Latinoamérica y Centroamérica. Empecé a trabajar con el grupo de Casa Ricci por el año noventa y en esa altura el P. Ruiz había ya ganado la admiración y el corazón de muchas personas por su gran bondad y generosidad hacia los pobres y marginados de la sociedad, como son los niños, jóvenes, adultos y ancianos, enfermos de Lepra y personas afectadas por el sida. Lo que más me atrae del Padre Ruiz es su ejemplo de vida, su sencillez, su vitalidad, su espíritu y su entrega a los más pobres “Un gran evangelio viviente”, muy querido por todos.

El Padre Ruiz es oriundo de España, nació el 21 de Septiembre de 1913 y fue ordenado sacerdote en Shanghai en1945. En Octubre de 1951, llegó a Macao y de inmediato se convirtió en el Director de la Casa Ricci, creado por Caritas Macao, donde inició su trabajo caritativo y social.

En aquel tiempo, Macao era una ciudad muy pobre y no muy poblada, había aquí un gran número de refugiados provenientes de las distintas regiones del continente. En todas las calles se podían encontrar muchos pobres, indefensos ancianos y discapacitados que pasaban las noches en el frío. El P. Ruiz, con su equipo de voluntarios, trabajó entre ellos, repartiendo alimentos y ofreciendo refugio, pagando el alquiler de las casas y proporcionando educación a los niños. Todo esto fue posible gracias al apoyo de los habitantes de Macao y de organizaciones y amigos de todo el mundo que se unieron y enviaron alimentos de primera necesidad, como arroz, fideos, harina...
Los años entre 1955 a 1970 fueron años felices para el P. Ruiz, con mucha actividad, dando cuidado, amor y muchas sonrisas. Por la noche daba el catecismo: “Cristo”.

Pero en 1969-70 se acabo todo esto, la política andaba por otros caminos, China intervino en los problemas de Macao, y declaró que Macao era territorio chino bajo administración portuguesa, por lo tanto no podía haber refugiados chinos en territorio chino. Así que los nadadores que llegaban a Macao, pasaron a ser considerados como refugiados ilegales a los que no se debía ayudar. Claro que para la caridad de Cristo no hay legales ni ilegales. En Casa Ricci, se continuó con las ayudas de alimentos a las familias pobres y se socorría a los necesitados, sin preguntar de donde venían.

En 1960, se fundó en Isla Verde el asilo “Betania” para hombres, y el asilo "Santa María" para mujeres de edad. Después el padre Luis fundó San Luis, un centro para personas con deficiencias mentales, donde la gente desafortunada encontraba su propia casa y hogar. Además un viejo edificio de una escuela se convirtió en Asilo “Carmo” para hombres con problemas.

Durante los años ochenta, un gran número de refugiados vietnamitas llegaron y fueron detenidos en Macao. Una vez más, el padre Luis les ofreció comida y ayuda para cubrir sus necesidades diarias. Todas estas iniciativas fueron secundadas por cristianos fervorosos que ayudaron a fundar y dirigir estas obras de combate a la suma pobreza. “No tener nadie, ni nada” era la característica de las personas a las que buscaban ayudar. Con el tiempo, las condiciones de estas obras fueron mejorando, sobre todo a la medida que Caritas de Macao fue recibiendo apoyo del gobierno. En 1989 el Señor envió las Hermanas de la Caridad de Santa Ana que se han encargado de estas obras hasta hoy.
En 1987, el Padre Luis comenzó con el colegio Pre-vocacional Brito, donde los niños sin hogar y jóvenes con problemas de disciplina pueden aprender y desarrollar un oficio, y algunos de ellos están siendo educados al igual que otros niños afortunados.


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