domingo, 31 de octubre de 2010

Louis Pang

Escrito por Louis Pang que pertenece al equipo de Casa Ricci y trabaja en nuestra oficina central en Macao.


Mi nombre es Luís Pang y soy Católico. En Mayo de 2000 empecé a trabajar con Casa Ricci en el servicio a los leprosos en China. El trabajo en Casa Ricci no incluye solamente el tratamiento médico y cuidado directo de los pacientes. Yo, por ejemplo, estaba trabajando para conseguir toda la ayuda posible y obtener las mejores condiciones de vida posibles para ellos. Por eso, una parte importante de este trabajo es la buena gestión de los donativos y contribuciones que recibimos, la mayoría del extranjero.
Fue un amigo que me presentó el trabajo que Casa Ricci estaba haciendo y he descubierto que los leprosos eran discriminados por la sociedad y, a veces, incluso por sus propias familias. Después de considerar lo difícil que eran las vidas de esos leprosos ancianos e disminuidos, tomé la decisión de quedarme con Casa Ricci y empecé un servicio que creo tener mucho sentido. My esperanza era de poder ayudarles a que no se sintieran completamente abandonados, y hacerles sentir que aún es posible tener esperanza en un futuro mejor y más seguro…

Empecé mi trabajo como asistente del Padre Ruiz, y me fue confiada la responsabilidad de “China Desk”, lo que significa que mi misión era ser responsable por el servicio de leprosos en China continental (en ese momento Casa Ricci se dedicaba casi exclusivamente a los leprosos). Para mejor comprender su situación, he tenido la oportunidad de hacer algunos viajes al continente y ver la situación personalmente. Poder verlos con mis propios ojos me ha hecho caer en la cuenta de que estos pobres abandonados y discriminados realmente necesitaban ayuda. Algunos de los lugares que visité me hicieron llorar…

En 2002, después de una visita del Padre Ruiz a algunas aldeas de leprosos en la provincia de Sichuan, planeamos empezar 3 nuevos centros de rehabilitación e invitamos a hermanas religiosas a servir en ellos. Estos nuevos centros estaban todos en Sichuan. En esa altura había una organización en España – Anesvad – que nos ayudaba mucho a nuestro trabajo. Ellos seguían muy atentamente el uso que hacíamos del dinero, pedían un control riguroso del trabajo y tiempo de construcción de los centros, e exigían reportes claros acerca del progreso de las operaciones. En ese sentido, yo era como un puente de comunicación, y tenía que acompañar en detalle el desarrollo de la construcción de los centros para poder hacer bien los informes. Durante varios años he tenido la función de hacer recaudar fondos.
Después de terminar con suceso la construcción de estos centros de rehabilitación e incluyendo los gastos de los pacientes y las hermanas, como la ayuda a muchos otros lugares en China, nosotros (juntamente con la organización española) hemos gastado más un millón de dólares entre 2002 y 2006. Además de este trabajo, yo también intentaba ayudar a mis colegas en el trabajo, especialmente en el contacto con los benefactores extranjeros, y algunos otros proyectos.
Casa Ricci Social Services es un puente de ayuda entre nuestros benefactores en el extranjero, y los chinos que sufren de enfermedades y discriminación. En el inicio nuestra preocupación eran los leprosos (especialmente aquellos que habían perdido la capacidad de trabajar y sostenerse por si solos). Pero después nuestra ayuda se extendió a sus familiares, especialmente en apoyar a las crianzas con sus estudios y, finalmente a los enfermos de AIDS. (Construimos escuelas, ofrecimos bolsas de estudio, y empezamos centros de apoyo y cuidado para enfermos de AIDS.)

Me siento muy honrado de estar haciendo este trabajo, porque este trabajo es el trabajo de Dios! Es verdad que a veces siento una cierta angustia, pero siempre he encontrado una gran alegría interior aquí! Cada vez que veo el inicio de un nuevo hogar para las personas que necesitan de ayuda, siento una gran consolación y alegría! Que Dios nos ayude a continuar a ayudar a los pobres y marginalizados!

Octubre, 2010
Luis Pang

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